Temática:

MÚSICA

Mercedes Cortés García

La rumba catalana

La Rumba Catalana es una música de raíces, un arte que bebe del talento y la tradición de la comunidad gitana catalana que ha expresado su cosmovisión mediante un género genuino y autóctono, al tiempo que híbrido y mutante. Es en esta lucha de aparentes contradicciones donde radica, como en la mejor poesía, la fuerza de un género a veces criticado por razones opuestas: Desde algunas voces del mundo flamenco, por considerarlo un género no auténtico. Desde otras partes de la sociedad catalana, por considerarlo lejano a una supuesta esencia catalana. No estamos de acuerdo con ninguna de las dos críticas y nuestra tesis es que la Rumba Catalana es gitana y es catalana.

Aparte de acaloradas y estériles discusiones sobre su génesis, hay un acuerdo entre historiadores, antropólogos y musicólogos sobre los orígenes de la Rumba Catalana: su nacimiento se circunscribe a las comunidades gitano catalanas barcelonesas a mediados del siglo XX. Para ser concretos, en los núcleos asentados en los barrios de Hostafrancs, Gracia y el Portal. La mayoría de los testigos han apuntado siempre a “l’Orelles”, del barrio del Portal y otros, a la familia González de Gracia.

En todo caso, queda claro que fueron gitanos catalanes los que adaptaron los ritmos afroantillanos a su peculiar manera de interpretar la música: voz, palmas y guitarra. Con su popularización posterior del estilo se sofisticó, y se fueron introduciendo elementos como el bongó, el bajo, el piano, etc …

La Rumba Catalana es un género musical creado por los gitanos catalanes durante los años de posguerra; desarrollado en sus comunidades durante los años 50 y que tuvo su eclosión popular a partir de los 60 con la edición comercial de sus primeras grabaciones y la difusión de sus artistas en tablaos flamencos de la Costa Brava y Barcelona.

La rumba nace en la calle, hija de cuba y un «gitanet»

La Rumba Catalana nace de la mezcla de la Guaracha y la rumba flamenca, a la que se sumaron elementos de otros estilos como el ritmo trepidante y directo del rock’n’roll, el sabor de los ritmos afrocaribeños, y la alegría vitalista los gitanos.

Canciones para divertirse y bailar que hablan de cotidianidad con un punto de sorna. Letras adaptadas de temas que llegan del otro lado del Atlántico y se popularizan gracias a la incipiente industria discográfica catalana de la mano de empresas como, Belter, Vergara, o Discophon.

El repertorio inicial de la rumba se consolida a través de grabaciones de Los Gitanos de las Cuevas, Antonio González «El Pescadilla», José María Valentín «Chacho» y sobre todo Pedro Pubill «Peret» convirtiendo este último en pocos años en el principal representante del género con un éxito sin precedentes.

A Peret le denomina el Rey de la Rumba Catalana por su influencia en generaciones posteriores y sus canciones, alegres y cercanas, pasan a ser banda sonora de la comunidad gitana catalana y por extensión, de toda una generación de españoles.

El ventilador

El ventilador es el verdadero corazón de la rumba. Hay algunos que dirían que también su espíritu y esencia. Se crea un ritmo hipnótico y contagioso con los mínimos elementos: una guitarra. La creatividad gitana convirtió un instrumento melódico como la guitarra en un instrumento de percusión.

El toque rítmico con la mano abierta sobre el cuerpo de la guitarra marcando el compás es el equivalente del bombo de la batería. Seguidamente habría un segundo golpe a las cuerdas hacia abajo con los tres dedos y, por último, en el tercer movimiento hacia arriba con el pulgar; que serían los equivalentes del guiro. Esta sería la base del ventilador que tiene muchísimas variaciones. Según Peret hay un ventilador para cada tema. Y así es como la guitarra que hace el ventilador se le sumamos unas palmas (que funcionarían de manera continuada como unos bongós) y surge la formación básica que sacudió el panorama musical, ya que la gente no creía -como explica el mismo Peret- como tres personas (una guitarra y dos rumberos) podían generar un espectáculo tan potente.

La definición de Ventilador perfecto la hizo Gato Pérez en 1979 a la letra la canción homónima: Juntar a la guitarra armonía y percusión.

Barcelona, epicentro de la rumba catalana

Barcelona se convierte en el epicentro de la Rumba Catalana. El «Desarrollismo» y la maquinaria de propaganda franquista que controla la radio y televisión utiliza esta música para atraer al turismo de playa y sol.

Gracias a la llegada masiva de veraneantes su difusión internacional se dispara. La Costa Brava es el altavoz de artistas rumberos y en la sombra de Peret durante los 60s aparecen infinidad de artistas instigados por las discográficas en busca de fama.

Se le suman, sólo en Cataluña, Ramonet, Moncho, Rumba Tres, el Chele, La Camboya, Argentina Coral, Dolores Vargas «La Terremoto», Maruja Garrido y un larguísimo etc ..

Los medios de comunicación se hacen eco instantáneo y artistas del resto de la península como Bambino, el Príncipe Gitano, Manolo Escobar o Ricardo Torres «el Rumbero» lo adaptan a su repertorio más cercano, a la rumba flamenca.

Las ventas de vinilos se disparan y nace un tejido empresarial en torno a la rumba que lleva a algunos de sus artistas a protagonizar incluso sus propias películas. El sector cultura se rinde a la evidencia.

A principios de los años 70 la rumba catalana goza de una salud envidiable. «Borriquito» (1971) de Peret es un éxito a nivel mundial. Se adapta a diferentes idiomas y la graban numerosos artistas por todo el planeta.

El primer pico de la fiebre rumbera tiene por escenario el XIX Festival de la Canción de Eurovisión celebrado el 6 de abril de 1974 en Brighton, Inglaterra. Peret y sus gitanos llegan a la novena posición a pesar de representar a España, que en aquellos momentos no goza de buena prensa en Europa a consecuencia de las penas de muerte que el régimen franquista ejecuta en los últimos intentos de salvar una dictadura agónica en la su estructura y en la figura aglutinadora de todo el poder: el dictador Francisco Franco.

 

Agustín Abellán «Chango», Joan Castelló «el Chico», José y Delfín Los Amaya o los Chavos (Lleida) arrancan sus carreras, y los músicos de rumba se convierten en los héroes de la comunidad gitana catalana. Madrid, a partir de la segunda mitad de la década de los 70 se hace eco del nuevo sonido nacido en Barcelona y surgen diferentes grupos como Los Chorbos, los Chichos, los Chunguitos o Las Grecas. Todos ellos, partiendo del patrón de la fusión de rock y rumba, abanderan el sonido Caño Roto.

 

 

Peret viajaba por toda la costa catalana y en Mallorca -antes de ser famoso- para vender ropa como hacía su padre (el llamado mig amic en los mercados de la zona de Vic) al tiempo que tocaba flamenco y palos más alegres (como tangos y tanguillos) combinando música y venta.

Esta estacionalidad en oficios combinados con la música, será una característica muy gitana y, por extensión, de muchos géneros musicales llamados popular o de raíces.

El apodo de mig amic, «medio amigo» -al que Peret dedicó una sentida canción- es un homenaje a su padre, pero también a su oficio y sobre todo a una evidencia: que la manera gitana de vender con una especial «gracia» para “engañar” a los sus clientes (hoy diríamos marketing), ha sido una estrategia de resistencia y supervivencia del pueblo gitano a través de una historia llena de terribles intentos de genocidio y aculturación en diferentes momentos históricos, y que el eco llega en forma de diferentes formas de racismo.

 

Jesucristo tiene poder

Paralelamente a la expansión de la Rumba Catalana, dentro de la comunidad gitana se desarrolla la fidelización por la Iglesia evangélica Filadelfia. Conocido popularmente como «el Culto», esta rama cristiana evangélica pentecostal, congrega a la comunidad y su forma de entender la fe. Por eso no es extraño que muchos de sus artistas, en determinados momentos de su vida, se hayan sumergido en la iglesia y como resultado naciera una forma de hibridación músico-religiosa derivada de la rumba catalana. Las canciones, llamadas «Alabanzas», interpretadas en un tono solemne y pausado son el medio de transmisión de los textos sagrados sin perder el ritmo.

Los rumberos Chango y su hermano Sisquetó fueron pioneros en predicar la palabra. Sin duda el caso más conocido fue el de Peret, que en 1981 tuvo una revelación y estuvo diez años inmerso en el «Culto».

Su disco «Jesucristo tiene Poder» ejemplifica estas vivencias y es un exponente claro del estilo. Otros rumberos han seguido su camino como Ramonet o el hermano Juanito y muchos otros han incluido «Alabanzas» a sus discos.

1992 barcelona olimpica – gitana hechicera

No es hasta el año 1992 que la rumba recupera su tirón mediático con la presencia de Peret, Los Amaya, Ramonet, Chipén y Los Manolos en los actos de clausura de los Juegos de Barcelona ’92.

Previamente Los Manolos, con su «All My Loving» (1991) y el poeta de la rumba Gato Pérez, fallecido en octubre de 1990, habían actualizado su sonido y dignificado su lírica durante los años 80, en los que el combo gitano francés Gipsy Kings se había convertido en referente mundial.

Después de 10 años de retiro musical voluntario, en 1990 Peret vuelve para producir a Chipén. La primera mitad de los 90s sirve para que la rumba vuelva a la actualidad, se reivindique su legado y la sociedad mayoritaria adopten el género como formula musical de éxito.

Aparecen también los primeros grupos mixtos de gitanos y payos como Estrellas de Gracia o Ay Ay Ay. Un fenómeno llamado mestizaje que tras la olimpiada se consolida con la llegada a Barcelona de Manu Chau. Nacen proyectos jóvenes marcados por la fusión que adaptan la rumba catalana a sus necesidades como los grupos Ojos de Brujo, Dusminguet, Gertrudis, etc en la actualidad.

Amigos para siempre

Con la llegada de siglo XXI la rumba busca nuevas formas de expresión. Algunos proyectos, sin necesidad de discurso musical respetuoso con la tradición rumbera, gozan de gran popularidad Mientras tanto, los herederos de Peret, Chipén, Amaya o Estrellas de Gracia, no encuentran su espacio ni alcanzan la relevancia mediática de la que disfrutaron en épocas pretéritas.

La fragmentación del mercado y la engañosa inmediatez del producto digital han cambiado radicalmente la forma de entender la creación musical y su presencia en los escenarios. Opinamos que es la democratización de la banalidad que configura una nueva realidad donde los gitanos catalanes rumberos todavía tienen que encontrar su lugar. Pero la rumba, contradiciendo muchas voces, ni está muerta ni está de parranda; ha estado siempre viva en bodas gitanas, en sus cultos … Porque los gitanos viven con rumba, comen con rumba y sueñan con rumba.

Explicar esta realidad y preservar y difundir la historia de este género es el objetivo marcado por la Asociación Carabutsi, para ser compartida y disfrutada por todos.

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